Imagen de un nido secundario de avispa asiática./ Leonardo Fajardo
La expansión de la avispa asiática ha llegado, este año, al Bajo Aragón Histórico, donde desde verano se han detectado varios nidos de esta especie invasora. Los tres últimos fueron localizados la semana pasada entre Fabara, donde se intervino en dos, y Maella. Los Agentes Para la Protección de la Naturaleza son los responsables de su neutralización y apuntan que ha sido una "sorpresa" la presencia de este insecto en el territorio.
Hasta la fecha, la avispa asiática había buscado climas un poco húmedos y con inviernos con pocas heladas y más suaves. Sin embargo, el incremento de las temperaturas invernales y la disponibilidad de agua y alimento -colmenas- han resultado ser condiciones suficientes para su supervivencia.
Actualmente, la presencia en el Bajo Aragón Histórico no es elevada, pero los expertos alertan de que se espera un gran aumento en la primavera del año que viene. "Seguramente habrá muchos más nidos visibles (...). La situación en Aragón no es tan preocupante como en Galicia, por ejemplo, pero hay que tomar medidas e informar a la población", explica el APN del Bajo Aragón-Caspe, Leonardo Fajardo.
La colaboración ciudadana es crucial para la detección de la avispa asiática. Las suaves temperaturas de este otoño han permitido que las reinas se hayan mantenido más tiempo en los nidos, mientras estos quedaban a la vista con la caída de las hojas. Ahora, la llegada del frío está llevando a las reinas fecundadas a salir de sus nidos para buscar cobijo hasta la primavera.
Aunque los nidos vayan quedando vacíos, los APN piden que se siga informando si se localiza alguno nuevo. Para ellos, es una manera también de ir acotando las zonas en las que se detecta la actividad de este insecto. Además, los agentes han señalado que, en esta época, la avispa se alimenta del néctar de flores, especialmente, del níspero, por lo que podría notarse una mayor presencia en los alrededores de estos árboles.
Un problema grave para los apicultores
Los principales perjudicados de la llegada de esta especie invasora son los apicultores, ya que se alimenta de abejas y otros himenópteros; y compite con el avispón europeo en cuanto a espacio y comida. Para la salud pública no supone un problema al "no tener una picadura mucho más agresiva que una avispa o abeja normal", comenta Fajardo.
No obstante, esta avispa sí que resulta más peligrosa si se trata de su nido. Los primarios los construyen normalmente a pie de suelo, entre zarzas o a una altura menor; lo que facilita que se les moleste por accidente. Si esto ocurre, estos insectos atacan con "mayor virulencia" y pueden causar consecuencias de salud graves para las personas, como ya ha ocurrido en Galicia.
Los nidos secundarios no suponen prácticamente ningún riesgo, dado que los ubican en lo alto de árboles, como el chopo, donde es más difícil que el ser humano intervenga. "Allí ellas están atareadas saliendo a cazar abejas para alimentarse y dar de comer a sus larvas", incide Fajardo.
La avispa asiática llegó a Aragón en 2016 desde Navarra, donde se detectó el primer ejemplar en España. Los primeros nidos aparecieron en la comarca de Cinco Villas y en el valle de Hecho, y se han ido extendiendo hacia Ribagorza y Monzón (Huesca), en los dos últimos años. Además de en el Bajo Aragón-Histórico, en 2025, también se han localizado ejemplares en Zaragoza capital.
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