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El ejemplar, una hembra llamada Batán, fue localizada en Allué, donde se había estrellado contra unos árboles
SABIÑÁNIGO.- En pleno temporal de la borrasca Filomena, el pasado 11 de enero el personal del departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón detectó que el emisor de una hembra de quebrantahuesos llamada Batán daba localizaciones anómalas en unos campos de Allué, entre Sabiñánigo y Yebra de Basa.
Rafel Vidaller, agente para la protección de la naturaleza (APN) del Gobierno de Aragón, explica que Batán estaba siendo controlada desde que en otoño comenzó el celo de los quebrantahuesos. "Forma parte de una pareja que cría en el valle de Ballibasa. En enero lo normal es que estuviera incubando uno o dos huevos, los pollos suelen nacer en marzo y saltan del nido a comienzos de verano, pero la borrasca truncó sus planes".
Batán bajó a comer unos jabalíes que estaban muertos en un campo de Allué, allí le sorprendió la nevada y no supo remontar el vuelo. "Subió andando a lo alto del campo para coger altura, se lanzó y se estrelló contra los árboles del fondo. Quedó allí quieta y eso alertó a los técnicos del Departamento".
El 12 de enero los APN la localizaron y pudieron capturarla para trasladarla al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de La Alfranca (Zaragoza) donde permaneció tres semanas en observación. "El pasado día 3, Batán volvió a subir a su valle de Ballibasa para su suelta". Desde ese día técnicos y APN están realizando un seguimiento más estrecho para ver su evolución. "De momento todo funciona con normalidad, aunque es pronto para saber si esta hembra retomará el proceso reproductivo interrumpido por la borrasca, lo que se sabe es que fue salvada de una muerte muy probable".
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