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miércoles, 10 de junio de 2020

APNs rescatan una culebra bastarda en una casa de campo de Alcañiz





Una culebra bastarda (Malpolon monspessulanus) dio un buen susto este domingo a una familia de Alcañiz en su casa de campo. El animal, el más grande de los reptiles de nuestro entorno y también el más común, se refugió en la cochera de la vivienda, situada en una finca rústica del término municipal, a la espera de cazar algún roedor. 

La culebra de casi dos metros encontrada en una casa de campo de Alcañiz por los propietarios
La culebra de casi dos metros encontrada en una casa de campo de Alcañiz por los propietarios

Las dimensiones de la culebra, un animal completamente inofensivo a pesar del temor que inspira en los humanos, llevó a los dueños de la casa a avisar a los Agentes de Protección de la Naturaleza (APNs) del Gobierno de Aragón, que acudieron a la finca a rescatar al ofidio. 

Los APNs se encontraron con un ejemplar adulto de culebra bastarda de grandes dimensiones, de cierto grosor y unos dos metros de longitud, que se estaba refugiando detrás de unas cajas y a la que se le veía el cuerpo por detrás de una rendija. Pese a sus dimensiones y al pánico que provocan en el ser humano las serpientes, fuentes del departamento de Medio Ambiente explicaron que son "habituales y beneficiosos para el hombre por la gran cantidad de roedores que comen, sobre todo ratas y ratones” que, a veces, son habituales en entornos habitados en pleno monte.

En el caso de la culebra localizada en este garaje de Alcañiz, los agentes procedieron a su extracción con cuidado, ya que el animal hacía fuerza para no ser apartado del lugar en el que se encontraba. Cuando lograron sacarla de su escondrijo, se la trasladó a otro lugar de hábitat parecido pero alejado de casas habitadas para que no volviera a dar ningún susto a las personas.

Este tipo de culebras, añadieron desde Medio Ambiente, "se pueden coger con la mano, y aunque intentan morder, como lo intenta cualquier animal salvaje que se ve en peligro, no representan ningún riesgo para las personas, porque no tienen ni colmillos”. Incluso es “menos dañina que una garduña o un lagarto, que sí tienen dientes". 

En primavera, después de los fríos del invierno, es habitual que los reptiles y los anfibios, después de estar toda la época fría aletargados, aparezcan en la naturaleza, señalaron desde Medio Ambiente. Los ofidios salen de sus escondrijos "en estado de letargo para reproducirse y continuar con su ciclo vital". Al tratarse de animales de sangre fría “no pueden mantener la temperatura corporal como hacemos los mamíferos y dependen para su vida de la temperatura del ambiente", indicaron las mismas fuentes, que recordaron que la culebra bastarda "impresiona bastante por que es la de mayor tamaño que podemos encontrar no sólo en la Península ibérica, sino también en Europa occidental". No obstante, "son inofensivas, no transmiten ningún veneno y como mucho pueden morder si se ven atacadas, pero su mordedora es menos peligrosa que otros animales salvajes, como pueden ser las garduñas que localizamos días atrás en el polideportivo de Alcañiz", señalaron.

Es "normal", matizaron, "durante estos días de primavera encontrar alguna en un garaje, en una nave o en algún rincón de las casas de campo o edificaciones anexas, y provocan sustos o animadversión en la gente, pero no representan ningún peligro para los seres humanos". De hecho, no es la primera vez que los APNs del Gobierno de Aragón intervienen para retirar algún "ofidio" de lugares humanizados a raíz de llamadas de personas que las han encontrado en alguna edificación. 


En Teruel

En la provincia de Teruel, la mayoría de las culebras son inofensivas y beneficiosas para las personas por su dieta abundante en roedores, y la única que tiene cierto peligro es la víbora hocicuda, que inocula veneno en caso de mordedura. No obstante, tanto en el caso de las culebras como en el de las víboras, la primera reacción de estos animales es la huida ante el ser humano, salvo que se la pise, ante lo cual puede reaccionar mordiendo de forma defensiva.

Las víboras no suelen estar en ambientes habitados y en la provincia de Teruel se encuentran en zonas de montaña con abundante sol, siendo su población poco abundante. 

Distinguir una culebra de una víbora es muy sencillo. Mientras las culebras son de tamaño grande, las víboras, más peligrosas, suelen tener un tamaño mucho más pequeño y una cabeza triangular, siendo la pupila del ojo vertical frente a la pupila redonda del resto de culebras. Además, la víbora tiene una prominencia en la punta del hocico y de ahí su nombre de víbora hocicuda.

Según consta en el coleccionable de las Cartillas Turolenses dedicado a anfibios y reptiles en la provincia de Teruel, la víbora hocicuda suele encontrarse en zonas de montaña. El punto más bajo de la provincia donde ha sido localizada es a 650 metros de altitud, en la zona de Beceite. Por debajo de esa altitud nunca se ha visto una víbora venenosa.

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