El entorno de los Puertos de Beceite, donde más presencia existe de este arbusto, es la zona más afectada por esta plaga
Varios ejemplares de boj defoliados y afectados por la polilla junto al río Matarraña aguas arriba de Beceite./ L.C.Una nueva plaga amenaza a las masas forestales del territorio. La polilla del boj (Cydalima perspectalis) se extiende de forma exponencial por las masas de boj (Buxus sempervirens) del territorio, especialmente en la zona Sur de la comarca del Matarraña donde mayor abundancia de esta especie arbustiva existe. El sector más afectado es todo el entorno de los Puertos de Beceite ya que es donde mayor densidad de boj existe. Durante estos últimos meses son más que evidentes los efectos de esta polilla en el sotobosque y masas forestales.
En varios puntos la imagen es dantesca, con cientos de boj defoliados después de que este insecto haya procedido a devorar sus hojas. Desde que se detectase la presencia de este insecto lepidóptero en el Matarraña, en 2021, la propagación de este insecto lepidóptero no deja de crecer tal y como confirman los Agentes de Protección de la Naturaleza. En alguna de las últimas olas de calor su presencia ha sido incluso evidente en algunos cascos urbanos como el de Beceite. «Observamos unos primeros años de asentamiento de esta plaga en 2021 y 2022 pero a partir de entonces su aumento está siendo exponencial», explica el APN y divulgador medioambiental Fernando Zorrilla.
Los APN colocan trampas con feromonas para estudiar su evolución./ L.C.Esta plaga, de origen asiático, comenzó a detectarse en Europa en 2007, después de que en unos viveros de Alemania se importasen ejemplares de boj procedentes de China y que contenían ya este parásito. En 2013 se detectó ya en España en varias zonas del Norte como Galicia. Zorrilla explica que las primeras citas que se detectaron en Aragón fueron en 2019 en el Norte, en la provincia de Huesca. No fue hasta 2021 cuando por primera vez se detectó la presencia de este parásito en el Matarraña, concretamente en Peñarroya de Tastavins. Los APN creen que la llegada al Matarraña se produjo desde las vecinas Comunidad Valenciana y Cataluña donde ya se había extendido previamente esta polilla.
En cuanto a cómo podría evolucionar esta especie, la población de estas polillas podría estar tocando techo. También la anómala meteorología de estos dos últimos años, sin apenas heladas y nevadas, y con muchas olas de calor habrían favorecido la expansión de esta plaga. Los APN apuntan a que en otras zonas afectadas de la vecina Cataluña las poblaciones se han estabilizado y creen que de producirse sucesivos inviernos más duros, esta polilla podría mermar su población. Es precisamente en invierno cuando suelen aletargarse, pegándose a las hojas del arbusto y envolviéndose en una capa de seda. «Sin duda lo benigno de estos últimos inviernos ha ayudado también a su expansión», añade el APN.
En cuanto a los arbustos defoliados, que pierden su hoja ya que estos insectos la devoran, la planta es capaz de regenerarse. No obstante, se han detectado casos puntuales en los que la polilla ataca a la corteza del boj, por lo que en estos casos su supervivencia se ve mucho más comprometida.
Seguimiento de esta plaga
Tras detectarse en Aragón, desde Medio Ambiente se comenzó a hacer seguimiento de la evolución de esta plaga. Para ello se continúan llevando a cabo diferentes medidas. Una de las primeras que comenzó a implementarse es la instalación de trampas con feromonas, con el objetivo de capturar a estas polillas y medir su presencia en el territorio. El seguimiento se está llevando en Valderrobres, Beceite, Cretas y Peñarroya de Tastavins. Son los Agentes de Protección de la Naturaleza los encargados de llevar a cabo este seguimiento quincenal e incluso semanal. «Es una plaga de difícil tratamiento para erradicarla. Vamos a tener que acostumbrarnos a convivir con ella», añade Zorrilla.
Durante estos años los Agentes mantienen comunicación directa con los ayuntamientos y consejo comarcal para informar sobre la evolución de esta especie. También descartan la erradicación de esta especie. Pese a que en casos puntuales y jardines se puede actuar, en el medio natural es inviable poder aplicar tratamientos para su erradicación.
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