La Dirección General de Medio Natural, Caza y Pesca ha ejecutado ya el 70% de las actuaciones previstas en el marco del plan de restauración de esta especie, en peligro de extinción
El Departamento de Medio Ambiente y Turismo del Gobierno de Aragón, a través de la Dirección General de Medio Natural, Caza y Pesca, ha ejecutado ya el 70% de las actuaciones previstas en el marco del Plan de restauración y mejora del hábitat del urogallo pirenaico, lo que supone una superficie restaurada de 280 hectáreas. Estas intervenciones se enmarcan en un proyecto que se desarrolla entre 2021 y 2026 en cinco enclaves del Pirineo oscense, concretamente Benasque, Bielsa y Tella Sín, Plan y Espés.
El plan cuenta con un presupuesto de 2 millones de euros, financiado íntegramente con fondos europeos Next Generation, y tiene como objetivo frenar el retroceso poblacional del urogallo (Tetrao urogallus), especie catalogada en Aragón como en peligro de extinción. En este contexto, se trabaja en colaboración con la Fundación Artemisan y la Federación Aragonesa de Caza, fundamentalmente en la zona de Bielsa, donde ambas aportan su experiencia en materia de conservación y gestión del medio natural. El director general de Medio Natural, Caza y Pesca, Alfonso Calvo, y representantes de ambos colectivos han visitado esta semana algunos de las zonas en las que se ha actuado.
Los datos más recientes sobre la población de urogallo pirenaico en Aragón, obtenidos mediante análisis genético de excrementos, sitúan la población por encima de 168 ejemplares. Este censo ha sido coordinado por el Instituto Pirenaico de ecología del CSIC y han participado el Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC), TRAGSATEC, Fundación Quebrantahuesos, Agentes de protección de la Naturaleza de Aragón y la Fundación Artemisian y ha sido financiado por el Gobierno de Aragón y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Las cifras obtenidas son muy superiores a los 40 ejemplares que se contabilizaron en el censo de 2017 debido a que la metodología es diferente y ha permitido contabilizar individuos que anteriormente no pudieron detectarse. En todo caso se ha constatado que el número de cantaderos ocupados ha descendido, y por tanto la distribución de la especie, sigue en regresión en Huesca.
La situación de la especie en el Pirineo aragonés es crítica. Se trata de un ave muy especializada, dependiente de masas forestales maduras de coníferas y hayedos, con estructuras abiertas que permitan la entrada de luz para el desarrollo de arándanos, acebos, y la presencia de insectos, fundamentales para la alimentación de los pollos. Sin embargo, el abandono de los usos tradicionales del bosque y el avance del cambio climático han favorecido la densificación del sotobosque y la pérdida de hábitats adecuados.
Los trabajos de restauración ejecutados, consensuados con ayuntamientos, propietarios y entidades locales, están orientados a devolver al monte su estructura heterogénea, favoreciendo tanto la biodiversidad forestal como la capacidad de acogida para el urogallo. Además, contribuyen a mejorar la resistencia de los bosques frente a incendios y otros efectos del cambio climático.
Las actuaciones incluyen clareos, desbroces, plantaciones de especies nutricias, conservación de madera muerta y establecimiento de rodales sin intervención, todo ello con el objetivo de reproducir las condiciones óptimas que requiere esta especie para su reproducción y supervivencia. También se espera que estas medidas beneficien a otras especies forestales como el mochuelo boreal, el pito negro o el mochuelo chico, y mejoren la funcionalidad ecológica de los bosques pirenaicos a largo plazo.