El quebrantahuesos es un ave carroñera impresionante. Con sus casi tres metros de envergadura, deja ver su silueta volando por los Pirineos, lo que conforma una estampa icónicas. Este animal es único en el aprovechamiento de las carroñas, al consumir tendones, huesos... fragmentando cada pieza al dejarla caer desde gran altura sobre las rocas. Siempre ha sido una criatura superviviente, adaptada a vivir en ambientes muy duros entre las montañas.
Además, cada cierto tiempo aparecen algunos huevos del quebrantahuesos, repartidos por la zona pirenaica y en lugares altos, donde no cualquiera puede llegar. En esta ocasión, gracias a los Agentes de la Protección de la Naturaleza (APN) del Grupo de Trabajo de Altura del Gobierno de Aragón, se ha rescatado este viernes un huevo de este tipo de ave en el cañón de Añisclo, en Huesca. Fue trasladado al centro de cría de La Alfranca, gestionado por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ).
Cabe recordar que el motivo de estas acciones es recuperar con vida embriones o neonatos de esta amenazada especie en aquellas unidades reproductoras que acumulan un alto índice de fracaso reiterado en la reproducción, todo ello tras realizar un análisis minucioso de su historial reproductivo, y casuística de incidencias y riesgos.
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