El pasado 30 de octubre, agentes de protección de la naturaleza, apoyados por apicultores y bomberos, retiraron un nido de avispa velutina, o asiática, de un árbol en la localidad zaragozana de Sos del Rey Católico. El nido, de unas dimensiones de 75x55 centímetros y un peso aproximado de 7 kilos, quedó depositado en un arcón frigorífico de los guardias forestales.
Según explica Alfredo Sanz, veterinario de la Asociación Aragonesa de Apicultura Arna Apícola, presente en la extracción del nido, los trabajos fueron dirigidos por el experto en rescate de enjambres Antonio Navarro, apoyado por los bomberos del Ayuntamiento de Zaragoza David Fernández y Diego Ramo. También participaron los agentes de protección de la naturaleza Fernando Garcés y Susana Lois, así como dos apicultores de la localidad cincovillesa
En una primera intervención, podaron el árbol en toda el área del nido para facilitar su retirada. Una vez efectuada esta tarea, esperaron hasta el atardecer para dar tiempo a que todos los individuos que habían volado durante la poda volviesen al nido. En una segunda intervención cubrieron el nido con la bolsa de plástico facilitada por los agentes de protección de la naturaleza y cortaron la rama que lo sostenía.
Climatología adversa en Aragón
Pese a lo espectacular del nido, Sanz destaca que Aragón no es un lugar preferido por estos insectos para su radicación, porque la climatología no es de su agrado. En este sentido, explica que la avispa velutina prefiere los climas atlánticos, húmedos y sin heladas, por lo que en Aragón solo podrían colonizar comarcas pirenaicas, especialmente la Jacetania. El cierzo, las bajas temperaturas y el calor y el sol intensos no favorecen la radicación de un insecto “especialmente señorito”, explica el veterinario.
Este es el cuarto nido que se retira en Aragón en los últimos años, una incidencia muy baja respecto a otras comunidades cercanas como el País Vasco, donde en la última década se han reportado más de 2.000 retiradas, según Sanz. El 8 de noviembre de 2018, técnicos de la Unidad de Conservación del Medio Natural retiraron un nido de 'Vespa velutina' en Ambel, en el Campo de Borja, gracias al aviso de Isabel Romanos, apicultora de Talamantes, propietaria del colmenar donde se encontró el nido de esta especie invasora, cuya presencia se detectó por primera vez en el verano de 2016 en el municipio zaragozano de Salvatierra de Esca, en la comarca de la Jacetania. En septiembre de 2017 se eliminó otro enjambre en la localidad oscense de Hecho.
El Gobierno de Aragón elaboró un plan de acción a seguir en el caso de detectar la presencia de la avispa asiática. La detección temprana es, explican, esencial para evitar la expansión e intentar la erradicacción. Esta acción es promovida por la Dirección General de Sostenibilidad y ejecutada por los agentes para la protección de la naturaleza. Para ello, disponen de un documento con instrucciones de metodología y seguimiento en la prospección de los ambientes preferidos de esta especie, fundamentalmente los sotos fluviales.
Las trampas no están recomendadas
Según Joaquín Guerrero Campo, técnico responsable de especies exóticas e invasoras del departamento de Desarrollo rural y Sostenibilidad de la DGA, “no se recomienda la colocación de trampas para 'cazar' este insecto cuando la densidad de ejemplares es muy baja, como en el caso de la Comunidad, porque, al no ser selectivas, producen la muerte de avispas y otros avispones autóctonos, como la 'Vespa cabro', que compiten con la asiática, haciendo más fácil su expansión. Además, la colocación de estas trampas está prohibida de manera genérica por la Ley 42/2007, de 13 de diciembre, del Patrimonio Natural y de la Biodiversidad.
Originario del sudeste asiático, este insecto es una especie invasora, incluida como tal en el Real Decreto 630/2013 de agosto, por el que se regula el catálogo español de especies exóticas invasoras.
Con la llegada de la primavera, cientos de reinas de avispa asiática dejan su hibernación para comenzar a construir sus nidos. Buscan cobijo bajo bordas, almacenes, aleros o árboles, donde comenzarán a hacer un avispero primario que irá engordando para alcanzar a primeros de junio un tamaño superior a un balón de playa.
La avispa es fácilmente distinguible tanto por su tamaño como por su coloración y sus nidos, que no son cera sino de celulosa, y se reconocen especialmente por su dimensión. Si se topa con uno de ellos, ni lo toque, ni se acerque, ni lo destruya. Lo único que hay que hacer es llamar a los agentes de protección de la naturaleza o a técnicos de los servicios provinciales del Gobierno de Aragón (Zaragoza, 976 714 600; Huesca, 974 293 206; Teruel, 978 641 150) explicando su forma y su localización. Tampoco lo tire, ni lo queme. En caso de avistamiento de algún ejemplar o nido, Alfredo Sanz también recomienda colgar imágenes en la web www.mapadeavispas.com.
Sin riesgo para la población
En cualquier caso, a partir de noviembre, cuando la avispa asiática vacía los nidos, no tiene sentido actuar porque estos insectos no los recuperan. Sin embargo, informar de su ubicación permitirá saber si son antiguos y no activos y se facilita su inventario.
Aunque bautizada con el sobrenombre de avispa asesina, esta especie no presenta un riesgo mayor para la población que no sea el de exponerse a una picadura común como la de la avispa autóctona o cualquier abejorro, según los expertos. Aunque sí se han dado casos de fallecimientos en personas especialmente sensibles a su picadura.
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