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Beatriz Ordovás, Esther Sánchez, Verónica Martín y Begoña Bernard luchan cada día por controlar y extinguir los siniestros que afectan a la región.
Esther Sánchez, en la base aérea de Zaragoza. Francisco Jiménez
Aragón ha enfrentado 12 incendios forestales durante el mes de julio. El número total de siniestros se eleva a 40 en lo que va de año. Y, entre las causas de inicio de estos siniestros, destacan los accidentes y negligencias. con un 45,36%. Le siguen los provocados por causas naturales (18,56%), intencionados (24,74%), desconocidos (10,82%) y reproducidos (0,52%).
En este contexto, el servicio de Información de Incendios Forestales de Aragón (Infoar), gestionado por el Departamento de Medio Ambiente de Aragón, se encarga de la prevención y extinción de incendios forestales en toda la comunidad autónoma.
El servicio cuenta con el apoyo de Sarga (Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental), que proporciona personal para las brigadas terrestres, equipos helitransportados, autobombas, puestos fijos de vigilancia, así como capataces, técnicos, encargados y personal administrativo. Actualmente, cuentan con 138 mujeres (19 se han incorporado desde 2021) y 807 hombres en su equipo. El colectivo femenino representa en torno al 14% de la plantilla total.
Entre el colectivo femenino se encuentran Beatriz Ordovás, Verónica Martín, Esther Sánchez y Begoña Bernard, cuatro de las muchas heroínas que forman parte del equipo esencial en la lucha contra las llamas que se originan en la Comunidad.
Coordinadora aérea en acción
Desde el cielo se posiciona Esther Sánchez, madre de tres hijos. Con 39 años es la coordinadora de medios aéreos en la base de Zaragoza. Nacida en Teruel y graduada en ingeniería técnica aeronáutica y aeroespacial, se encarga de gestionar los recursos disponibles en el terreno y de coordinar la solicitud de refuerzos, ya sean autobombas, equipos terrestres o medios aéreos adicionales, siempre que sea necesario.
Sánchez señala que "el primer recurso en desplegarse en un incendio es una brigada helitransportada. Llegan antes que las brigadas terrestres y nos proporcionan una visión inicial del incendio a través de imágenes que enviamos por grupos de 'Telegram'. En función de la evolución del fuego, coordinamos la llegada de más recursos, como brigadas terrestres, autobombas o medios aéreos adicionales".
Su trabajo requiere una gran capacidad de adaptación y resiliencia. “En incendios forestales, las condiciones cambian rápidamente, por lo que debemos estar preparados para ajustar nuestras estrategias en tiempo real", explica Sánchez.
Vuelan el perímetro afectado con un helicóptero H-135, compuesto por un piloto, un coordinador titular y un auxiliar. Este helicóptero coordina la capa superior de la operación, supervisando y apoyando a aire y tierra. Durante un incendio, la primera línea vuela a 500 pies de altitud, mientras que el ATS (Avión de Coordinación Táctica) y el FOCA (Avión de Coordinación Aérea) mantienen otra diferencia de 500 pies. Sánchez opera a 1.000 pies por encima de estos aviones, permitiendo una visión estratégica superior.
La comunicación en el campo se realiza mediante sistemas avanzados como Tetra (radio digital para la comunicación entre los servicios de emergencia) y una banda aérea. "Utilizamos el botón PTT (Push To Talk) para asegurar que solo transmitimos cuando es necesario, lo que optimiza la claridad y eficiencia de nuestras comunicaciones", indica Sánchez. Además, el piloto trasero es el responsable de la organización de repostajes y la coordinación de los tiempos operativos para asegurar que los medios aéreos nunca se queden sin agua", concreta.
Durante el período de mayor riesgo, del 1 de junio al 30 de septiembre, la brigada de ocho personas, en la que ella es la única mujer, permanece en la base militar. La sede está equipada con cinco módulos funcionales y dos baños. Los módulos se destinan a diversas actividades, como oficinas, áreas de descanso y espacios para pilotos y mecánicos, garantizando así una operativa eficaz y coordinada.
Siempre debe adaptarse a un entorno en el que no todo sigue un procedimiento rígido. "Mi formación técnica me preparó para una lógica estructurada, pero los incendios requieren flexibilidad y adaptación constante. También ha sido fundamental actualizarme en técnicas de gestión para mejorar nuestra respuesta", añade Sánchez.
En primera línea
Beatriz Ordovás, jefa de la brigada terrestre R43-Cinca Medio y "bombera forestal" de 41 años, lidera un equipo dedicado a la prevención y extinción de las llamas desde 2002. Su brigada, compuesta en temporada alta por ocho miembros, de los cuales tres son mujeres, realiza labores cruciales como la limpieza de montes y caminos y la creación de fajas auxiliares y áreas cortafuegos para evitar la propagación del fuego.
La coordinación en tierra tras el aviso de incendio forestal es gestionada por los técnicos del Gobierno de Aragón, quienes se encargan de asignar las brigadas y organizar la logística necesaria para combatir los siniestros. “En situaciones de máximo riesgo permanecemos en base a la espera de un incidente", explica Ordovás. “Mientras que en alertas naranjas o amarillas, trabajamos en el monte y nos desplazamos al lugar del incendio cuando es necesario.”
La brigada colaboró con otras unidades en el incendio de El Pueyo de Araguás que afectó a 140 hectáreas, trabajando en conjunto con los equipos de Alto Cinca y Enate, entre otros.
Cuando se emite el aviso para la intervención de varias brigadas, se moviliza una gran cantidad de personal en tierra. Begoña Bernard, agente de protección de la naturaleza, es la responsable de garantizar que “las cuadrillas trabajen de manera eficiente, asegurando una respuesta rápida y organizada ante cualquier incidente". Su labor consiste en supervisar tanto a los equipos terrestres como a las unidades helitransportadas, velando por la coordinación y efectividad de las operaciones en el terreno.
La rutina diaria de Bernard comienza a las 8 de la mañana con una reunión con sus seis compañeros, siendo ella la única mujer en el grupo. En estas reuniones, revisan el Napif (Nivel de Alerta de Incendios Forestales) para definir las acciones del día. Según el grado de peligro, que puede variar de verde a rojo, se decide si el equipo debe desplegarse en el campo o llevar a cabo tareas preventivas y de mantenimiento en la base, como la supervisión de puntos de agua y pistas.
"Contamos con vehículos especializados para nuestra movilidad y para garantizar la seguridad en el terreno. Estos vehículos son vitales tanto para el combate directo del fuego como para la respuesta rápida en situaciones de emergencia", añade Bernard.
Begoña Bernard, agente de protección de la naturaleza en Calamocha. Infoar
Una vez ya concluido el incendio, comienza el proceso de investigación. Ella y su equipo delimitan la zona afectada y buscan vestigios que puedan señalar la causa del incendio. Se emplean banderines para marcar las direcciones y se recopilan evidencias físicas, como restos de cigarro o señales de rayos. Estas pruebas permiten determinar las causas y contribuyen a mejorar las estrategias de prevención.
En Aragón, las causas más comunes de incendios incluyen tormentas eléctricas sin lluvia, maquinaria agrícola como cosechadoras, y negligencias, como quemas no controladas en estaciones más secas. "Cada incendio es una oportunidad para aprender y mejorar nuestras técnicas de prevención y respuesta. La educación y la vigilancia son claves para proteger nuestros bosques y garantizar la seguridad de las comunidades", concluye Bernard.
Desde el otro lado del teléfono
Ante todas estas movilizaciones, surge la pregunta: ¿Quién recibe y se encarga de dar la alerta a las demás brigadas? Verónica Martín, con 42 años y una trayectoria como ingeniera técnica forestal en el Servicio Provincial de Medio Ambiente, responde a esta tarea fundamental. Junto con un compañero, Martín gestiona los montes en las zonas de Gúdar, Javalambre y Maestrazgo.
Como coordinadora provincial, su jornada laboral en verano se divide en dos tipos de guardias: una presencial, donde está disponible en la oficina y en la emisora de 10.30 a 20.30, y otra de localización para incendios mayores que requieren su dirección directa.
Martín explica que cuando está en su lugar de trabajo, su equipo recibe todos los avisos que pueden provenir de llamadas al 112, torres de vigilancia o reportes forestales en el terreno. A partir de estos reportes, se activan los procedimientos necesarios y se coordina con el Director Técnico de Incendios Forestales (DTIF) en Zaragoza, quien supervisa las emergencias en toda la comunidad autónoma.
“Cuando recibimos un aviso, movilizamos las cuadrillas y los recursos necesarios, como la brigada helitransportada o autobombas, y en algunos casos, agentes de protección de la naturaleza cercanos", subraya Martín.
Beatriz Ordovás, Verónica Martín, Esther Sánchez y Begoña Bernard, todas ellas luchan contra los incendios forestales en Aragón gracias a una vocación común. Aconsejan a futuras heroínas en su campo que, a pesar de los retos que enfrentan, el trabajo resulta extremadamente gratificante. Aunque hay días difíciles, es el amor por lo que hacen lo que convierte el esfuerzo en una experiencia satisfactoria y plena.