El huevo de quebrantahuesos (Gypaetus barbatus) fue intervenido de un nido del Pirineo de Huesca dado el alto riesgo a que no prosperara y a que fuera inviable, una causa que se puede predecir dado el historial de fracaso reproductor que mostraba esta pareja de adultos, extrayéndose la puesta –de un único huevo- para su posterior cría en cautividad.
El huevo fue transportado inmediatamente en una incubadora portátil al Centro de Cría en Aislamiento Humano (CRIAH) de la finca de La Alfranca (Pastriz, Zaragoza), donde fue recibido y asistido técnicamente. La ovoscopia realizada ese mismo día indicaba que, efectivamente, el huevo estaba embrionado y que era fértil.
Tras 54 días de incubación en el CRIAH, el domingo 25 de marzo el huevo eclosionó, naciendo un polluelo de 138 gr de peso. Según los veterinarios y técnicos, el estado del neonato es bueno, respondiendo bien a los primeros cuidados tras una eclosión natural (sin necesidad de asistencia).
Posteriormente está previsto que se proceda, como en otras ocasiones, a un proceso de hacking en el Pirineo Aragonés y a su posterior puesta en libertad, que está prevista llevar a cabo en el Parque Nacional de Picos de Europa, dentro del marco de la colaboración de Aragón con el Programa experimental de reintroducción de la especie en este espacio natural protegido, promovido por las administraciones autonómicas competentes en su gestión, Principado de Asturias, Gobierno de Cantabria y Junta de Castilla León, y con el respaldo del Organismo Autónomo Parques Nacionales.
El “hacking” consiste en la incorporación al medio natural de aves criadas en cautividad, a través de una técnica basada en la naturalización del cautiverio y la reducción del manejo antrópico.
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