Asociación de Agentes para la Protección de la Naturaleza en Aragón
Escudo corporativo del cuerpo de APN
llamanos
¿Fauna salvaje en dificultades o muerta? ¿Incendios forestales? ¿Infracciones contra la seguridad ambiental, caza, pesca, vertidos? ¡¡LLÁMANOS!! 112 SOS ARAGÓN
¿Cualquier tema relacionado con el medio ambiente? Pregunta por nosotros: AGENTES PARA LA PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA Centralitas SP Medio Ambiente Huesca: 974 293 206 Teruel: 978 641 150 Zaragoza: 976 714 600
La AAPNA es la asociación profesional de los AGENTES FORESTALES del Gobierno de Aragón
Ley 4/2024, de 8 de noviembre, básica de agentes forestales y
medioambientales. Artículo 2 y 3.
Artículo 2. Agentes forestales y medioambientales.
A los efectos previstos en la presente ley, son agentes forestales y medioambientales
aquellas personas adscritas a las distintas administraciones públicas que, con
independencia de la denominación específica, tengan encomendada, entre otras
funciones que se detallan en el artículo 4, la tutela de la seguridad ambiental mediante el
desempeño de las funciones de vigilancia, policía y custodia de los bienes jurídicos de
naturaleza forestal y medioambiental.
Artículo 3. Naturaleza jurídica.
1. Los agentes forestales y medioambientales tendrán la condición de funcionario
público, así como la de agentes de la autoridad.
Cuando se cometa delito de atentado, que pueda poner en peligro grave la integridad
física de los Agentes tendrán al efecto de su protección penal la consideración de
agentes de la autoridad.
Esta naturaleza jurídica se hace extensiva, a efectos de su protección jurídico penal,
a los supuestos en los que se produzcan agresiones, amenazas, atentados y cualquier
hecho de similar naturaleza, que se realicen como consecuencia del ejercicio de dichas
funciones, aun cuando estuvieran fuera de servicio en el momento de producirse, si los
hechos se realizan como consecuencia o motivación de su ámbito profesional.
Las faltas de respeto y consideración a los agentes forestales y medioambientales en
el ejercicio de sus funciones, cuando no sean constitutivas de infracción penal, se
ajustarán a lo dictado por la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la
Seguridad Ciudadana, o las dictadas con similares fines.
2. Los agentes forestales y medioambientales tienen la consideración de policía
administrativa especial y de policía judicial en sentido genérico, actuando en este último
caso en auxilio de los jueces y tribunales de Justicia y del Ministerio Fiscal.
3. Las administraciones públicas y los particulares están obligados a prestar la
colaboración que precisen con los agentes forestales y medioambientales en el ejercicio
de sus funciones.
Una quema agrícola, al parecer, imprudente ha sido el origen de las llamas
Un
incendio ha calcinado esta misma mañana de viernes media hectárea de
superficie en La Codoñera. Las llamas han afectado a monte bajo, pinar y
una finca de olivar yermo. El origen de las llamas ha estado en una
quema agrícola que, al parecer, ha sido negligente. Por todo ello ha sido necesario desplegar el operativo de extinción de incendios del Gobierno de Aragón.
Hasta el lugar se han desplazado la cuadrilla helitransportada de
Alcorisa y la Autobomba con base en Valjunquera (B-11) que han acudido
con rapidez a sofocar el fuego. De igual modo se han incorporado un APN
de la zona y una cuadrilla de tierra también para llevar a cabo las
labores de remate.
Afortunadamente la ausencia de viento ha
ayudado a que el dispositivo pudiese controlar el fuego, especialmente
en cuanto ha acudido la helitransportada. En total han actuado 3 APNs
del Gobierno de Aragón actuando uno de ellos de Director de Extinción,
la cuadrilla helitransportada de Alcorisa y una cuadrilla de tierra de la zona
han actuado en el incendio, dando apoyo también una pareja de la
guardia civil. Todo ello a falta de 3 días para que finalice el periodo
en el que se pueden llevar a cabo labores de quema de rama de olivo. Por
ello las autoridades han hecho un llamamiento para que «se extreme» la
precaución.
El Matarraña y
tres localidades del Bajo Aragón cuentan ya con un archivo en el que se
recopilan los olivos centenarios y singulares. El principal objetivo de
esta iniciativa es poner en valor estos ejemplares y protegerlos ante
posibles agresiones
El
coordinador del proyecto, Fernando Zorrilla, junto a una olivera
centenaria en un olivar situado en las proximidades de Valderrobres.
J.L.
Auténticos
monumentos vivientes que, durante siglos, han aportado prosperidad y
que forman parte del paisaje y la cultura del territorio. Las comarcas
del Matarraña y del Bajo Aragón cuentan ya con un archivo en el que se han recopilado y catalogado hasta 165 olivos centenarios, milenarios y singulares
con el objetivo de poner en valor el gran patrimonio arbóreo existente
en el territorio. El proyecto fue impulsado por la comarca del Matarraña
con apoyo del Grupo de Acción Local Matarraña Bajo Aragón Omezyma, y ha
estado coordinado por el Agente de Protección de la Naturaleza y
divulvagor medioambiental Fernando Zorrilla. La institución comarcal
enfila la última fase de un arduo proceso en el que han intervenido
técnicos, agentes de protección de la naturaleza, agricultores, pastores
y personas íntimamente ligadas al medio natural del territorio.
Pese
a que este proyecto de Oliveras Centenarias y Singulares engloba a las
18 localidades del Matarraña, lo cierto es que trasciende su ámbito geográfico e incluya también a 3 municipios de la vecina comarca del Bajo Aragón en la cuenca del Mezquín.
De este modo se incluyó a los municipios de La Codoñera, Belmonte de
San José y Torrevelilla. En estos últimos 3 municipios destaca la
elevada densidad de oliveras centenarias, que destaca sobre el resto de
localidades objeto del estudio.
Pese a que Oliveras Centenarias y
Singulares se dio por concluido el pasado mes de abril lo cierto es que
los impulsores dejaron la puerta abierta a la inclusión de más
ejemplares. «Hemos catalogado 165 de estas oliveras pero ello no quiere
decir que aquí estén todas. Dejamos por ello este es un catálogo abierto a que si se van descubriendo más ejemplares se puedan incluir en la catalogación», explicó Fernando Zorrilla, coordinador del proyecto.
El
proceso de catalogación arrancó a finales de 2018 y ha contado con
multitud de colabores. La institución comarcal y los ayuntamientos facilitaron numerosos datos de potenciales ejemplares.
De igual modo, Zorrilla destacó el apoyo de numerosos vecinos a título
personal y especialmente la labor de el rafolino José Luis Roda y el
portillense Víctor Vidal. El principal apartado a la hora de incluir una
olivera en esta catalogación es tengan, al menos, 3 metros de perímetro
en su tronco a una altura aproximada de 1 metro y medio. diámetro.
Asimismo, se han incluído otros ejemplares que, aunque no lleguen a ese
perímetro, poseen singularidad.
La gran mayoría de los olivos catalogados
tienen entre 500 y 800 años. «Estamos hablando de oliveras que, en su
gran mayoría, son anteriores al descubrimiento de América»,
añadió Zorrilla. Asimismo, aunque en muy poco número, se han hallado
algunos ejemplares milenarios. «Contamos con ejemplares anteriores pero
los expertos nos han confirmado que fue a partir del siglo XI y XII
cuando este cultivo tomó mucha fuerza», añadió el coordinador.
De
este modo, esta herramienta estará disponible para las administraciones y
servirá de base para futuros proyectos de investigación con el objetivo
de que pueda servir de punto de partida para distintas iniciativas. No
obstante está previsto señalizar 12 de estos ejemplares tras llegar a un acuerdo con sus propietarios.
«Hemos sido muy respetuosos en ese sentido, teniendo en cuenta siempre
la opinión del propietario y que esta señalización no cause problemas ya
que estamos hablando de zonas con usos agrícolas», añadió el
coordinador.
La mayor parte de los ejemplares catalogados se encontraron en la zona del Mezquín y en la zona media y baja del Matarraña,
especialmente el entorno de La Fresneda, Ráfales, Cretas, Calaceite, La
Portellada, Arens de Lledó y Valderrobres, siendo menos abundantes en
las zonas del sur de la comarca, a mayor altitud. «Hemos trabajado
muchos meses en un proyecto que desde el principio nos pareció muy
interesante», explicó Rafael Martí, presidente de la comarca del
Matarraña.
En cuanto a las variedades, el estudio concluye que las variedades tradicionales aguantan mejor las catastróficas heladas, como la de febrero de 1956, que
esporádica pero cíclicamente afectan al Bajo Aragón Histórico. Los
olivos centenarios se enfrentan a distintas amenazas que comprometen su
conservación. La mecanización y los nuevos procesos de poda y
recolección de las olivas han propiciado que muchos ejemplares se hayan
visto afectados o hayan muerto debido a prácticas inadecuadas. En otros
casos han sido víctimas del abandono de los campos de cultivo.
¿Por qué olivera en lugar de olivo?
Yo
prefiero llamarlo olivera y no es casual que escogiésemos ese nombre
para este trabajo. En nuestro territorio y en general en todo Aragón a
los árboles que producen se les aplica el femenino. El término olivera
además sugiere fuerza, potencia. Y el término centenarias nos parecía
que simboliza la honestidad. Es además el símbolo de todo un territorio
como el nuestro.
¿Cómo ha sido la labor de datación?
En
todos los casos estamos hablando de una datación muy aproximada pero no
exacta porque el olivo es muy enrevesado e irregular y ello dificulta
mucho su datación. Aquí realmente he sido el coordinador pero no hubiese
hecho nada sin el elevado número de personas que han colaborado
conmigo. Después de muchos años y de muchas publicaciones relacionadas
con la naturaleza, realmente lo que más me gusta es que se me considere
«embolicador» de proyectos porque lo que me gusta es implicar,
«embolicar» a la gente para que puedan ser posibles trabajos como este.
En este caso hemos querido ir más allá y hacer conscientes a los vecinos
y propietarios de estos ejemplares que se trata de unos árboles que
forman parte de nuestra cultura y que nos lo han dado todo. Pensamos
también que las administraciones deben incentivar, a través de distintas
fórmulas que pasan por su aprovechamiento económico, que los
agricultores conserven estos ejemplares.
¿Cuál es tu trayectoria como divulgador y como autor de numerosas publicaciones?
Son
ya 30 años intentando acercar la naturaleza a las personas. Entre otros
trabajos está Árboles del Matarraña, la edición de Árboles Singulares
del Bajo Aragón, que fue una guía pionera en todo Aragón. Después han
llegado otras guías y ahora estoy trabajando en colaboración con el
Ayuntamiento de Mazaleón y el CRA Matarraña en la actividad
Massalnatura. He tenido la gran suerte siempre de poder trabajar con
mucha gente que me ha ayudado y con la que hemos conformado grandes
equipos. Y por mi profesión de APN también he tenido la oportunidad de
aprender mucho de la gente del territorio. Y lo he querido hacer siempre
con respeto al medio y a las personas. Porque yo veo ahora, con
preocupación, que existen multitud de iniciativas que se plantean y que
no respetan ni al medio ni a la gente. No todo vale y además se están
utilizando de forma muy manida la palabra sostenibilidad. Deberíamos de
reflexionar sobre estas propuestas que no siempre son respetuosas.
Los forestales se merecen el respeto de la sociedad y una ley básica que regule su labor
15·05·21 | 10:00
Hace treinta años se encontró el cuerpo sin vida de Pascual Garrido en Arguis. No llegaba a la treintena cuando fue asesinado de forma brutal con una motosierra que nunca apareció. Esta ausencia del arma del crimen salvó de la condena a ocho sospechosos, presos de la cárcel de Huesca que realizaban labores forestales y, supuestamente, dado que no pudo probarse, aprovechaban estas salidas para traficar con drogas. La investigación de la Guardia Civil apuntaba a que el guarda de Conservación de Naturaleza descubrió el delito y eso le costó la vida.
Este caso de impunidad quizá podría haberse evitado si el agente hubiera ido armado y tuviera capacidad para intimidar, eludir o responder al ataque. Esta es una reclamación casi histórica de los colectivos de forestales, aunque en algunas excepciones y territorios sí se da esta protección. La realidad de un suceso tan insólito y bárbaro podría ser argumento para que los críticos desmonten la supuesta indefensión de aquellos que cuidan de nuestra naturaleza. Revisar otro caso como el doble asesinato en Aspa (Lérida) en 2017 podría definirse como oportunista, aunque las denuncias de los colectivos y asociaciones de estos profesionales por amenazas, enfrentamientos, sabotajes… no son meras esporádicas.
Es injusto decir que la gente del campo no tiene respeto hacia los Agentes de Protección de la Naturaleza. Tan injusto como el trato y las suspicacias que su labor recibe de aquellos que les consideran como un inconveniente para desarrollar esas actividades que «siempre se habían hecho» y ahora son reguladas o, directamente, acciones ilegales que atentan contra el entorno, la flora y la fauna de todos.
Es injusto que un grupo profesional formado por 6.000 personas, unos 300 en Aragón, no esté bajo una regulación elemental del Estado que, sin invadir las competencias autonómicas, garantice la seguridad jurídica de sus actuaciones y armonice aspectos comunes de sus funciones y mejore su organización y eficacia.
La moción de censura a Mariano Rajoy en 2018 suspendió los avanzados trámites de esta Ley Básica de Agentes Forestales y Medioambientales, que, en la presente legislatura se encuentra en fase previa de consultas.
A esta espera casi infinita ellos y ellas seguirán patrullando kilómetros y kilómetros de país ejerciendo un trabajo al que no se llega por casualidad, completamente vocacional, por amor a la naturaleza, a cuidar lo que es de todos, nuestra casa. Sin recibir el homenaje ni los medios que sí tienen otros cuerpos. El que merecen.
La empresa pública ha abierto un expediente por estos hechos, que tuvieron lugar en el valle de Bujaruelo.
Un sarrio en el Parque Nacional de Ordesa.Rafael Gobantes
La Guardia Civil ha abierto diligencias por un posible delito contra la fauna y la flora ocurrido en la Zona Periférica del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. El caso aún no está cerrado y de momento hay dos investigados, un cazador y un trabajador de Sarga cuya labor está relacionada con el control de las actividades cinegéticas en la zona. Fueron sorprendidos en un vehículo de la empresa pública, donde los agentes localizaron una o varias cabezas de sarrio.
El departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente ha confirmado que se trata de un empleado de la citada empresa pública y que ha abierto el correspondiente expediente. "Seguirá su curso para tomar las medidas oportunas", indicaron fuentes de la consejería.
Los hechos tuvieron lugar en el valle de Bujaruelo (Torla), fuera de los límites del Parque Nacional. La dirección de Ordesa precisó en sus redes sociales oficiales que ocurrió en Zona Periférica de Protección y desmintió asimismo cualquier implicación de personal de Sarga que trabaja en el Parque.
La caza del sarrio en zonas de reserva se realiza siempre con la compañía de personal de la administración, ya sea un Agente de Protección de la Naturaleza o un trabajador de Sarga, la sociedad instrumental del Gobierno de Aragón para labores agrarias o ambientales.
Los permisos se venden en subastas, promovidas por propietarios de montes o ayuntamientos, y por algunas de estas piezas de caza mayor se pueden llegar a pagar 2.500 o 3.000 euros, dependiendo del tamaño del animal y de su cornamenta. Es el trabajador que acompaña al cazador el que marca la pieza a abatir, en función de la categoría del trofeo asignado (bronce, plata y oro) y de las limitaciones de las capturas. En la cabeza del animal se coloca un precinto con la fecha y hay que acreditar la correspondiente documentación.
Los APN de la comarca del Alto Gállego, nos cuentan en directo en Aragón TV los resultados de las repoblaciones de truchas realizadas durante este año y el final feliz de una paloma mensajera francesa, rescatada herida
Las muestras han sido analizadas en el Laboratorio
de Inmunopatología Clínica de la Facultad de Veterinaria de la
Universidad de Zaragoza (IA2) y han sido extraídas de visones europeos y
americanos procedentes de distintas localidades españolas
A día de hoy se desconoce todavía si los visones
representan realmente un reservorio para este virus, ya que no hay
evidencia de datos sobre la infección en la naturaleza en Europa y los
únicos ejemplares salvajes confirmados positivos procedían de escape
El Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio
Ambiente del Gobierno de Aragón, a través del Servicio de
Biodiversidad, participa desde el 2002 en un programa de control de las
poblaciones asilvestradas del visón americano. En 2020, dentro de este
programa, se ha intensificado la toma de muestras de los ejemplares
capturados -tanto de visón americano como de europeo-, con el fin de
poder detectar la posible presencia del virus SARS-CoV-2 en las
poblaciones silvestres.
En 2020 se detectó la presencia del COVID-19 en
granjas peleteras de visón americano en varios países europeos y en
Norteamérica. La primera evidencia de la transmisión del coronavirus del
ser humano al visón y del visón al ser humano tuvo lugar en los Países
Bajos. Y, en Dinamarca, el análisis posterior de muestras de seres
humanos infectados con SARS‐CoV‐2 y relacionados con el visón americano
reveló que el virus había acumulado mutaciones con consecuencias
potencialmente adversas para la salud humana.
España notificó por primera vez infecciones por
SARS-CoV-2 en mayo de 2020, en una granja de visón americano en la
provincia de Teruel. Posteriormente, sucedió lo mismo en otras granjas
de Castilla y León y Galicia. Sin embargo, a día de hoy se desconoce
todavía si los visones representan realmente un reservorio para este
virus, ya que no hay evidencia de datos sobre la infección en la
naturaleza en Europa y los únicos ejemplares salvajes confirmados
positivos procedían de escapes de granjas.
Desde el 2002, el Gobierno de Aragón, a través de su
Servicio de Biodiversidad, y en colaboración con otras Comunidades
Autónomas, el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfica
y Tragsatec; está llevando a cabo un programa de control de las
poblaciones asilvestradas del visón americano. El objetivo es proteger
al visón europeo y otras especies amenazadas, para cuya conservación
esta especie exótica invasora figura como uno de los principales
factores de riesgo.
En 2020, dentro de este programa de conservación, el
Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón ha intensificado la
recogida habitual del número de muestras biológicas a los ejemplares
capturados -tanto de visón americano como de europeo-, con el fin de
poder detectar la posible presencia del virus SARS-CoV-2 en las
poblaciones silvestres. Para ello se ha procedido a su análisis,
dirigido a la detección del virus o de anticuerpos frente a este.
En el Laboratorio de Inmunopatología Clínica de la
Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza (IA2) se han
analizado un total de 42 muestras de sueros para detectar anticuerpos
anti-SARS-CoV-2. Todas las muestras analizadas han resultado negativas,
no detectándose la presencia de anticuerpos específicos frente al virus.
Las muestras analizadas han sido de animales salvajes
recogidos durante 2020 y 2021 en distintos territorios administrativos
incluyendo: 13 muestras de visón europeo y un visón americano en Álava;
15 visones europeos en La Rioja; cuatro visones europeos en Navarra; y
tres visones europeos y siete americanos en Aragón.
De forma paralela, se han analizado 26 muestras de
suero procedentes de visones europeos del Programa Nacional de Cría en
Cautividad, en concreto del centro de cría de la Fundación para la
Investigación en Etología y Biodiversidad (FIEB) perteneciente al
Programa Nacional de Cría. En este caso también se han obtenido
resultados negativos por serología.
Por su parte, el Centro de Rickettsiosis y
Enfermedades Transmitidas por Artrópodos Vectores (CRETAV), adscrito al
departamento de Enfermedades Infecciosas del Hospital Universitario San
Pedro-CIBIR (Centro de Investigación Biomédica de La Rioja), ha
estudiado la presencia del virus en 19 visones (hisopos orofaríngeos y
rectales) con técnicas de biología molecular. Concretamente, se han
analizado muestras de 10 visones europeos del Programa Nacional de Cría
en Cautividad y 4 ejemplares silvestres, además de 5 visones americanos
silvestres, recogidas en La Rioja en 2020 y 2021. En todos los casos,
los resultados han sido negativos.
Los resultados revelan que la probabilidad de que el virus esté circulando en los visones silvestres es prácticamente inexistente
Con los resultados obtenidos se puede considerar que
la probabilidad de que el virus esté circulando en los visones
silvestres es muy baja y, con ello, también es muy poco probable el
riesgo de transmisión del virus a personas por esta vía, ya que el
contacto entre visones y humanos en el medio natural es, en la práctica,
inexistente.
Pese a los
tranquilizadores resultados negativos de las muestras analizadas hasta
ahora, desde el Servidio de Biodiversidad del Gobierno de Aragón
aseguran que se debe seguir manteniendo la vigilancia de la presencia
del virus en el medio natural. Para ello es necesario seguir analizando
ejemplares de visones y otros animales silvestres con el objetivo de
evaluar su implicación en la dispersión del virus SARS-CoV-2.
La situación es distinta en las granjas peleteras,
donde la elevada concentración de animales, y el estrecho contacto que
existe entre humanos y visones hace que el riesgo sea mayor.
Medidas preventivas
En cualquier caso, para disminuir aún más el riesgo de transmisión del
virus entre los visones que puedan capturarse en el medio natural dentro
de las campañas de seguimiento, y las personas que los manipulan, se
han implantado medidas preventivas a través de protocolos de actuación
aplicados en las Comunidades Autónomas con responsabilidad en la
materia.
Estos protocolos se aplican en el trabajo de técnicos,
guardería, agentes forestales y de protección de la naturaleza que
participan en los muestreos rutinarios, así como en el de los
veterinarios que toman las muestras. De hecho, ya existían protocolos
previos que establecían medidas de precaución para prevenir la
propagación de otras enfermedades, y entre los que se encontraban
medidas básicas como el uso de guantes o la desinfección sistemática del
material.
Asimismo, cabe recordar que desde el comienzo de la
pandemia se vienen implementando medidas adicionales a esos protocolos
previos: desinfección de manos con hidrogel, ventilación de habitáculos y
reducción del tiempo de manejo de los visones, manteniendo la mayor
distancia posible con el animal y siempre con mascarilla FFP2.
El Ayuntamiento de Bárcabo y las propietarias de la encina han recibido el diploma que les avala como Árbol Europeo de 2021.
Acto de entrega del diploma a la carrrasca de Lecina acreditativo de Árbol EuropeoRafael Gobantes
La carrasca de Lecina sigue siendo un revulsivo turístico para el municipio de Bárcabo,
al sur del Sobrarbe, frontera con el Somontano, y donde viven algo
menos de 100 habitantes. Desde su nombramiento en marzo como Árbol
Europeo 2021, tras imponerse con rotundidad a las votaciones a otros
ejemplares del continente, son muchos los visitantes aragoneses que la
frecuentan. Las estimaciones del Ayuntamiento oscilan entre las 800 y el millar, sobre todo los fines de semana.
Ante
este aluvión de visitantes, el Ayuntamiento ha tomado medidas para
poder realizar una gestión sostenible. En la zona de parking, se han
colocado baños portátiles y un dispensador de snacks y refrescos, así
como contenedores para el reciclaje. El impacto ya se ha notado en la
casa de turismo rural que está abierta los fines de semana. Al igual que
la oficina de turismo para conseguir que el visitante acudan a otros
enclaves.
Las previsiones una vez se termine el estado de alarma y puedan llegar de otras comunidades son muy optimistas aunque la alcaldesa, Carmen Lalueza, desea “que ojalá vengan escalonadamente”.
Ante estas expectativas, el Ayuntamiento va regular el estacionamiento
con un personal de vigilancia. Del mismo modo, Agentes de Protección de
la Naturaleza velan porque la visita a la carrasca sea respetuosa con el
medio ambiente los fines de semana. “El turista está siendo muy
respetuoso con el medio”, apunta Lalueza.
La
alcaldesa confía en que el tirón de la carrasca además “de traer mucha
gente a nuestro territorio” sirva para emprender iniciativas turísticas
que contribuyan a fijar población. En esa línea se ha expresado este
mediodía en el acto de entrega del diploma acreditativo de Árbol
Europeo, concedido por la responsable de la oenegé organizadora del
concurso Árboles sin fronteras, Susana Domínguez.
El acto además ha reunido a numerosos vecinos y autoridades
como el director general de Biodiversidad, Bosques y Desertificación
del Ministerio de Transición Ecológica, José Luis Marquínez, el
consejero de Agricultura, Joaquín Olona, y vicepresidenta de la DPH,
Elisa Sancho. Todos en sus discursos han elogiado el compromiso
medioambiental de esta localidad y le han mostrado su apoyo para
garantizar que su patrimonio natural se mantenga por generaciones.
En este sentido, la alcaldesa ha querido tener un recuerdo póstumo muy especial a Nicolás Arasanz,
el propietario de la encina que con sus cuidados consiguió que esta
carrasca luzca su porte actual: un troncho de 7 metros, una altura de 16
metros, una copa de 30 metros y un diámetro de 615 m2. La alcaldesa
informó que cada uno de los quince habitantes de esta localidad
recibirán un diploma en sus casas.
El director general de Biodiversidad calificó a la encina “como el árbol que mejor representa a nuestro país y esta carrasca es un símbolo de la naturaleza y de nuestro país”.
El consejero Olona destacó “el papel que juegan los habitantes del
medio rural en la conservación de los hábitats, los poderes públicos
tenemos que confiar más en esa sensibilidad”. La vicepresidenta Elisa
Sancho pidió a las administraciones competentes “una legislación con
discriminación positiva para los habitantes del medio rural porque los
pueblos tienen que estar vivos para garantizar la naturaleza”.
Pascual Garrido murió hace ahora tres décadas por ser testigo
involuntario de un delito. Esta fue la principal hipótesis de las dos
investigaciones fallidas sobre el conocido como crimen de la motosierra,
con seis acusados finalmente absueltos y un arma que nunca apareció.
Pascual
Garrido aportando comida a un muladar de quebrantahuesos. La foto la
tomó su compañero David Gómez Samitier (fallecido en un accidente de
tráfico) y está incluida en su libro 'Pájaro de Barro'. David Gómez Samitier
Dicen los expertos que
el crimen perfecto no existe. Existen crímenes no investigados
suficientemente. Sea por una indagación incompleta o porque los autores
no dejaron el más mínimo rastro, lo cierto es que el brutal asesinato
del guarda forestal Pascual Garrido con una motosierra en el pueblo de
Arguis sigue impune al cumplirse 30 años del suceso, uno de los más
atroces de la crónica negra de Aragón. A priori parecía haber pocas dudas sobre la autoría. Todo apuntaba a una rápida solución. Sin embargo, tras dos instrucciones fallidas, los seis sospechosos fueron absueltos y no podrán volver a ser juzgados. Ni ellos ni cualquier otro, ya que el delito está prescrito.
La asociación Aminta de ayuda a huérfanos de agentes forestales y medioambientales fallecidos en acto de servicio ha recordado el aniversario del asesinato, ocurrido el 2 de abril de 1991, para clamar por lo que considera una injusticia.
Sin castigo, la herida sigue abierta, asegura. En el lugar de los
hechos, una caseta del antiguo Comena cercana al embalse de Arguis,
había un peligro distinto a los habituales para un guarda de protección de la naturaleza. El
edificio, reconvertido hoy en un centro de interpretación del Parque
Natural de la Sierra de Guara, lleva el nombre de Pascual Garrido en su
memoria.
El
asesinato del forestal de Arguis, conocido como el crimen de la
motosierra, provocó una profunda conmoción social. Por la personalidad
de la víctima, un joven amable y muy apreciado de solo 28 años, y por
las características del suceso: la presencia de un grupo de reclusos en
el lugar aquella mañana, el uso de un arma tan mortífera y el móvil del
tráfico de drogas. Los reclusos disfrutaban del tercer grado
penitenciario y hacían un curso de prevención de incendios. El suceso
reveló la facilidad de movimientos de la que disfrutaban en sus
salidas, pese a estar acompañados de un monitor, ya que incluso recibían
la visita de familiares. Aquel día habían ido al menos el hermano de uno y un amigo y la mujer y los hijos de otro.
"Estaba
protegiendo un águila en un sitio donde al final había un peligro
distinto a aquellos con los que se enfrentan los agentes forestales”
Esa mañana, Pascual había ido a atender a una águila herida que dejó en la caseta
forestal de Arguis. Un compañero suyo encontró el cuerpo horas después,
salvajemente mutilado. La presencia del grupo de internos de la cárcel
de Huesca en la zona puso enseguida el foco en ellos. Fueron acusados
cuatro de los ocho participantes, además de dos presuntos cómplices que
habían ido a visitarlos. Pero la investigación se enredó, hasta el punto
de que el caso fue sobreseído, y cuando se reabrió acabó en una
sentencia absolutoria.
La caseta
forestal de Arguis donde sucedieron los hechos es hoy un centro de
interpretación del Parque Natural de la Sierra de Guara y lleva el
nombre del agente asesinado.Rafael Gobantes
Pascual estaba en el sitio
inadecuado en el momento más inoportuno, señala Antonio Gutiérrez,
presidente de la asociación Aminta, quien alude a la tesis mantenida por
la acusación: lo mataron porque fue testigo involuntario de un intercambio de droga entre los presos y algún familiar que acudió a Arguis.
“Ha
habido asesinatos de forestales por furtivos o cazadores, accidentes en
vehículos y helicópteros, incendios.. pero el caso de Pascual es único.
Estaba protegiendo un águila en un sitio donde al final había un
peligro distinto a aquellos a los que se enfrentan los agentes”, señala
Gutiérrez, quien recuerda que el caso adquirió un tono más dramático por
el arma homicida, una motosierra que se desvaneció como por arte de
magia. Se la buscó en el bosque y en el pantano, e incluso en las obras de la carretera, pero nunca apareció.
“Es el único caso que hay en España con esos tintes de crueldad. Ese
ensañamiento con él a la hora de usar la motosierra… Es raro, porque una
motosierra no desaparece de modo tan fácil”, comenta.
“Ha habido
asesinatos de forestales por furtivos o cazadores, accidentes en
vehículos y helicópteros, incendios.. pero el caso de Pascual es único"
A
la pregunta de si se investigó suficientemente, responde el hecho de
que llegó a haber dos procesos indagatorios. El instructor judicial
detuvo en un primer momento a los reclusos como presuntos autores de la
muerte y a dos personas que los visitaron, pero semanas después los dejó
en libertad por falta de indicios claros. Finalmente, en noviembre de 1992, el juez, Fernando Ferrín Calamita, lo sobreseyó.
Pasado un año, la investigación se reactivó tras la delación de un recluso.
El magistrado reabrió la causa y los sospechosos volvieron a prisión
por estos hechos. Incluso se les dispersó en distintas cárceles para
evitar que se comunicaran. Según ese preso, que fue compañero de celda
en Huesca de uno de los internos que estuvieron en Arguis, este le había
contado los detalles del crimen. El implicado confesó ante la Guardia
Civil y ante un juez. Dijo que vigiló la caseta forestal mientras otros tres acometieron a la víctima: dos lo sujetaron y un tercero lo mutiló con la motosierra.
Con
estas declaraciones, en febrero de 1994, el juez instructor dictó auto
de procesamiento contra cuatro reclusos, el hermano de uno de ellos y un
amigo de este que habían ido a visitarlo a Arguis desde Zaragoza y
estaban considerados cooperadores necesarios. Se sospechó que se
llevaron el arma homicida para ocultarla en unas bolsas de basura que
cargaron en el coche. Según ese auto, la caseta se usaba para traficar con heroína, que luego se introducía en prisión aprovechando las salidas de los presos. Pascual Garrido lo descubrió y le costó la vida.
El caso llego a juicio cuatro años después del crimen. Las acusaciones solicitaron 204 años de prisión para los seis procesados por los delitos de asesinato y tráfico de drogas,
así como la declaración de la responsabilidad subsidiaria del Estado,
ya que los reclusos estaban bajo la tutela de la Administración
penitenciaria. Mantenían que cuatro de los reclusos asesinaron al
forestal cuando los pilló traficando, contando con la complicidad del
hermano de uno de ellos, que llevó a Arguis la droga que luego
introducirla en prisión. También apuntaron a que estos se encargaron de
deshacerse de la motosierra. Por contra, las defensas
reprocharon a lo largo de todo el proceso que el foco se puso desde el
principio sobre estas personas y ya no hubo más sospechosos.
En
el juicio, el recluso que había confesado ser testigo directo del
crimen a manos de sus compañeros se desdijo y el caso se derrumbó como
un castillo de naipes. Además, el tribunal de la Audiencia de Huesca
determinó que desde el lugar donde dijo estar, el aparcamiento de un
bar, no pudo verlo. "Hasta pudo ser el mismo quien empuñara el arma homicida”, concluyó.
Cuatro años de instrucción quedaron resumidos en una sentencia absolutoria con apenas 42 líneas de hechos probados, de las cuales 28 describían las múltiples lesiones causadas por la motosierra.
Las certezas se redujeron a dos: la presencia en el lugar del crimen de
cuatro de los acusados disfrutando del tercer grado penitenciario junto
a otros compañeros y un monitor de la cárcel de Huesca encargado de su
instrucción; y la libertad de movimientos de la que disfrutaban, sin
estar sometidos a vigilancia durante amplios espacios de tiempo.
Los magistrados no ocultaron sus dudas. “Tenemos la vehemente sospecha de que los hechos pudieron suceder tal y como vienen defendiendo las partes acusadoras,
respaldas por las interminables contradicciones de los acusados y
testigos, pero las pruebas no nos han permitido llegar en conciencia a
un estado de certeza moral sobre la efectiva participación de los
acusados”. Ni siquiera se probó que llevaran droga, aunque este fuera el eje de la instrucción.
Así, la Audiencia de Huesca concluyó que no se podía imputar ninguno de
los dos delitos. El principio ‘in dubio pro reo’ se impuso a la hora de
determinar el fallo.
El
penalista Enrique Trebollé fue abogado de dos de los implicados, dos
hermanos, que siempre negaron su participación. Reconoce que ha sido uno
de los casos más relevantes de su dilatada carrera profesional. "Fue un
juicio largo, de sesiones maratonianas. El tribunal, tras intensas
deliberaciones, dudó pero absolvió, dijo que tenía fuertes sospechas, vehementes, pero no pruebas.
Aplicó el principio del derecho penal de 'in dubio pro reo', en caso de
duda a favor del reo, y no había pruebas objetivas, como restos de
ADN".
Francisco Loste, otro
de los abogados defensores, asegura que la “sentencia fue muy
razonada”. El testigo de referencia, el compañero de celda, flaqueó en
la vista y tampoco ofreció credibilidad. Insiste en la ausencia de
pruebas materiales: el arma no apareció nunca y las ropas de los presos
se lavaron con lejía tras volver al centro penitenciario, pero “esta era
la operativa del penal, no fue algo especial”, aclara. “Tampoco faltó ninguna motosierra del curso, y no coincidía la hora de la muerte dictaminada por el forense con la hora de llegada de los presos”.
El
letrado recuerda el impacto mediático que tuvo el caso en su momento,
porque la víctima era una persona muy conocida y apreciada. “Todo
apuntaba a ellos, pero al profundizar se vio que no. En la instrucción no se dejó de mirar nada y no hubo una prueba concluyente”, declara Loste.
El
fiscal del caso, Fernando García Vicente, luego Justicia de Aragón,
intentó recurrir, pero la Fiscalía del Supremo desestimó instar la
apelación al considerar que aunque las pruebas existentes eran más que
suficientes para sostener una acusación, la sanción penal no puede fundarse en sospechas, probabilidades o posibilidades.
Así, el crimen del forestal de Arguis pasó a engrosar los estantes de
los casos sin resolver. La única certeza, 30 años después, es el
impunidad de los asesinos.
En la comaca aragonesa del Alto Gállego, se ha publicado un desplegable con interesante información sobre las aves insectívoras que anidan en los tejados de las poblaciones.
Nos lo cuentan con problemas técnicos en el programa "Aragón en abierto" de Aragón TV.