El origen del fuego, que arrasó cultivos, rastrojos y matorrales, puede estar en una máquina cosechadora.
La rápida intervención de los bomberos y los forestales impidió que las llamas se propagaran hacia otros campos que están sin cosechar. El siniestro se produjo a unos 12 kilómetros del casco urbano de Almudévar, en una zona situada entre Torres Secas, Saso plano y Valdecabritos.
Hasta allí acudieron cuatro autobombas procedentes de Plasencia del Monte, Huesca, Adahuesca y Almudévar, así como bomberos de esta localidad y de la capital oscense, un helicóptero de Medio Natural con base en Bailo, cuatro agentes de Protección de la Naturaleza y dos cuadrillas forestales de los Mallos y la Hoya, informaron desde el Gobierno de Aragón. A estos medios se unieron agricultores de la zona, que con sus tractores crearon cortafuegos para evitar que el incendio se extendiese.
El alcalde de la localidad, Antonio Labarta explicó que el fuego había quedado casi extinguido, aunque todavía permanecían en el lugar los efectivos de emergencias y muchos de los vecinos que acudieron a ayudar, unas 40 personas. De hecho, en un restaurante de la población se les estaba preparando un avituallamiento a base de bocadillos y refrescos. Estaba previsto que durante la noche se quedara un retén de vigilancia.
El alcalde destacó que la rapidez en atacar el fuego fue clave para su control porque «de otro modo, se hubiese metido en un hondo donde hay muchos campos que todavía están sin cosechar». «Aún así, se han quemado muchas hectáreas», apuntó. Según Labarta, la causa fue el cojinete de una máquina que prendió en las hierbas, donde el calor se ha acumulado en los últimos días. «Hoy han sido muchas las cosechadoras que han salido a trabajar», añadió.
Afortunadamente, la ausencia de viento facilitó el trabajo de los medios de extinción. El fuego no afectó a ninguna carretera. Se contó también con la intervención de la Guardia Civil.
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