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miércoles, 8 de febrero de 2017

Aparece muerto en Soria un ejemplar de águila perdicera de la población aragonesa


El animal, anillado y seguido por GPS desde 2011, sirvió para comprobar patrones de comportamiento de la especie desconocidos hasta el momento

Águila Perdicera (Tonda)

El pasado domingo agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León recogieron en la localidad de Canredondo de la Sierra, provincia de Soria, el cadáver de un ejemplar adulto de águila perdicera (Aquila fasciata o Hieraaetus fasciatus). El animal se encontraba marcado con una anilla metálica en uno de sus tarsos y portaba un emisor GPS de seguimiento por satélite. Así se pudo constatar que el individuo era una hembra que regentaba un territorio en el Sistema Ibérico dentro de la provincia de Zaragoza.


"Tonda", nombre con el que se le bautizó el día de su captura, era una hembra adulta de más de 10 años de edad que ocupaba un territorio en un valle fluvial del Sistema Ibérico zaragozano. En febrero de 2011, y dentro de las labores de seguimiento y conservación que el Gobierno de Aragón realiza sobre la especie, se capturó con el fin de colocarle un emisor GPS y así poder seguir sus pasos con el objetivo de cartografiar su territorio, conocer cómo usaba el hábitat que ocupaba y detectar las causas de mortalidad que pudieran afectarle. Desde entonces, Tonda ha suministrado información muy valiosa para la conservación de la especie tanto en Aragón como en la vecina comunidad autónoma de Castilla y León.


El año en que fue marcada sacó adelante un pollo sin más complicaciones, y llegado el otoño mostró por primera vez un comportamiento un tanto sorprendente por poco conocido. Pese a ser ya una hembra adulta asentada en un territorio donde criaba con regularidad, puso rumbo hacia tierras Castellano-leonesas, recalando en un área muy definida de la provincia de Valladolid, a más de 300 km de su territorio reproductor. Allí paso parte del otoño e invierno, hasta que, con el inicio de la época de cría, retorno de nuevo a su territorio en Aragón.


Este patrón de movimientos rompía con la idea de que los ejemplares de la especie, al llegar a la edad adulta y asentarse como reproductores, se comportaban siempre de manera sedentaria y territorial. Además, y lejos de ser un movimiento puntual o anecdótico, el desplazamiento invernal a tierras castellano-leonesas se volvió a repetir sistemáticamente en los siguientes años, con estancias temporales durante el otoño-invierno en distintas localizaciones de las provincias de Valladolid y Soria.


En el pasado mes de enero, Tonda había regresado al Ibérico zaragozano después de pasar un tiempo el Valladolid y Soria. El día 19 fue observada por agentes para la protección de la naturaleza del Gobierno de Aragón defendiendo el territorio junto con su pareja, con quien se había reencontrado. El día 25 Tonda volvió a moverse, desplazándose de nuevo hacia tierras sorianas donde se produjo el accidente que acabó con su vida.


El examen posmortem, realizado en el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre que la Junta de Castilla-León tiene en Burgos, ha revelado que presentaba un fuerte traumatismo en la parte izquierda de su cabeza que afectaba gravemente a su ojo izquierdo. Este golpe no le causó la muerte de inmediato, pero sí provocó una incapacidad severa para desplazarse con normalidad y con ello para alimentarse, lo que condujo a un debilitamiento progresivo y finalmente a la muerte. Las causas del traumatismo aún no se conocen con certeza, aunque técnicos de Aragón y de la Junta de Castilla y León están analizando la información de los desplazamientos del ejemplar en los días previos a su muerte por si pudiesen arrojar algo de luz al respecto.


En peligro de extinción

El águila perdicera está catalogada en Aragón como especie en peligro de extinción y es sin duda la rapaz más amenazada de nuestra fauna. Cuenta con un plan de recuperación en vigor aprobado en 2011 por decreto del Gobierno de Aragón. En la actualidad solo quedan 25 territorios reproductores, 4 en Huesca, 9 en Teruel y 12 en Zaragoza. Por diversas razones estos territorios mantienen una muy baja productividad, lo que lleva a que, en 2016, por ejemplo, solo fueran capaces de reproducirse con éxito 13 parejas.


Los factores de amenaza para la especie en Aragón y en el resto de su área de distribución son muy diversas, pero sin duda los accidentes con tendidos eléctricos -especialmente por electrocución- y los daños provocados directamente por el hombre (veneno, disparos, etcétera) figuran entre los más relevantes. A ellos se suman la pérdida y alteración de sus hábitats y la reducción en la densidad de sus presas habituales en sus zonas de cría, que aunque no conducen a la muerte directa de ejemplares están en el origen de las bajas tasas reproductoras en las parejas.


La muerte de Tonda se suma a la muerte en el mes de diciembre pasado de un macho de la especie por electrocución en la provincia de Huesca, un revés para las acciones del plan de recuperación en Aragón.

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