En estos tiempos de penurias y recortes, para todos incluidos Apns, me llama la atención como se engordó al monstruo público que se llamaba sodemasa.
Cuando se creó nos contaban que la empresa pública era mas ágil y directa que la administración y que facilitaba mucho las cosas. Que los funcionarios éramos torpes y no se nos debían encomendar ciertos temas. Incluso había compañeros que defendían este tipo de gestión pese a que era evidente el agravio para con nuestro colectivo.
Pero estalla la burbuja y alguien se da cuenta del enorme gasto que supone mantener estas empresas públicas y sus escasos resultados. Y para colmo la prensa destapa que, aparte de los que trabajan (retenes de incendios, camioneros y poco mas), hay una sobre dimensionada junta directiva, con unos sueldos siderales, que no está muy claro a que se dedican y cuyo nexo de unión es el carné de cierto partido.
Y ahora que se hunde el Titánic, los pasajeros de primera pretenden subirse a los botes salvavidas, mientras la tripulación y los remeros se tendrán que conformar con un flotador.
Esto es el sálvese quien pueda.
Un agente socio
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