Objetivo quiere aproximarse al trabajo de un gran equipo humano que durante todo el año trabaja para cuidar de los montes y hacerlos menos vulnerables ante las llamas, en un verano marcado por las altas temperaturas y la escasez de lluvia, que han hecho que los montes aragoneses estuvieran este verano casi en una alerta permanente. Quinientos incendios han quemado unas ocho mil hectáreas. Ha sido una temporada larga, que comenzó en marzo con el incendio de Castanesa y continúa hasta hace unas semanas con el episodio a los pies del Moncayo.
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