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La Plaza de Toros de Maella cuenta desde hace una semana con seis inquilinos muy especiales, seis cerdos vietnamitas. El Ayuntamiento de la localidad los guarda allí a la espera de que se los lleve una protectora de animales después de que se encontraran por los campos de la localidad. Los cerdos vietnamitas son animales domésticos y su precio en el mercado puede llegar a los 400 euros. Fueron unos vecinos alemanes los que dieron la voz de alarma después de divisar en la zona del pantano del Civán, en Valcomuna, una piara de cerdos vietnamitas. Para ello, se dirigieron a la Oficina Comarcal Agroambiental del Departamento de Agricultura y Medio Ambiente (OCA) de Caspe. Esa misma noche, los Agentes de Protección de la Naturaleza (APN) cercaron la piara con un pastor eléctrico gracias a las indicaciones de los vecinos. En total eran cinco cerdos vietnamitas: un macho de aproximadamente 65 kilos de peso y cuatro hembras de menor tamaño.
Al día siguiente, los APN, con la colaboración del guarda municipal de campo del Ayuntamiento de Maella, procedieron a su captura y posterior identificación por parte del veterinario oficial del Departamento, explica el concejal de Agricultura de Maella, José Luís Barberán. Esta tarea resultó imposible por carecer los animales del chip obligatorio u otras marcas que indiquen de donde provienen. El sábado y con la ayuda de Barberán y otro edil maellano, los APN capturaron otra cerda con lo que se eleva a seis el número de tocinos requisados. Los cerdos vietnamitas se comercializan como mascotas, por tanto, al tratarse de animales domésticos abandonados se pusieron a disposición del Ayuntamiento de Maella para su custodia. Por el momento, permanecen en la plaza de toros del municipio a la espera de que una protectora de animales de Zaragoza los recoja mañana. Mientras tanto, es el Ayuntamiento quien se hace cargo de ellos y los alimenta. El propio Barberán acude cada día para echarles pienso que compran en la cooperativa. «Esperamos que mañana se los lleven como nos han dicho. No se conoce su procedencia y lo más seguro que no estarán ni vacunados, nos pueden traer enfermedades», explica Barberán. Mientras, los Agentes de Protección de la Naturaleza investigan su procedencia. El abandono negligente o intencionado de especies de fauna y flora exóticas en el medio natural constituye delito recogido en el código penal con penas de prisión o multas. El artículo 333 del capítulo IV especifica: «El que introdujera o liberara especies de flora o fauna no autóctona, de modo que perjudique el equilibrio biológico, contraviniendo las leyes o disposiciones de carácter general protectoras de las especies de flora o fauna, será castigado con la pena de prisión de cuatro meses a dos años o multa de ocho a 24 meses».
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